domingo, 4 de agosto de 2013

El nacimiento de Jesús

Lectio divina de Lucas 2,1-21

En aquellos días salió un decreto del emperador Augusto ordenando que se empadronasen todos los habitantes del imperio (2 Sam.24).  Este censo fue el primero que se hizo durante el mandato de Quirino, gobernador de Siria.  Todos iban a empadronarse, cada uno a su ciudad.
También José subió desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén (Miq.5,1-2) por ser de la casa y familia de David (Lc.1,27), para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta.
Y mientras estaban allí a María se le cumplieron los días para dar a luz y dio a luz a su hijo primogénito (Col.1,15), lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre (2 Sam.7,8), porque no habían encontrado sitio en el albergue. 

Había en aquellos campos unos pastores que pasaban la noche (Is.9,11)  al raso y se turnaban  velando su rebaño. Un ángel del Señor se les apareció (Gn.16,7) y la gloria del Señor los envolvió con su luz (Ex.24,16).  Quedaron sobrecogidos con un gran temor (Lc.9,34), pero el ángel les dijo: - No temáis, os traigo la buena noticia de una gran alegría (Is.52,7), que es también para todo el pueblo: Os ha nacido hoy (Sl.2,7) un Salvador, que es el Mesías, el Señor, en la ciudad de David. Esto os servirá de señal (Lc.1,20.36): Encontraréis un niño (Is.7,14) envuelto en pañales y acostado en un pesebre (1Cor.1,22-25).
Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: “Gloria a Dios en las alturas  (Lc.19,38; Sl.29,9) y en la tierra paz a los hombres que El ama”.
Y cuando los ángeles se marcharon al cielo, los pastores se decían unos a otros: Vamos a Belén para ver esas cosas que han sucedido y que el Señor nos ha comunicado.
Fueron deprisa y encontraron a María y a José y al niño acostado en el pesebre.  Al verlo, comunicaron las cosas que les habían dicho a cerca de este niño. 
Y cuantos escuchaban se quedaban admirados por lo que decían los pastores. 
María, por su parte, guardaba todos estas cosas y las meditaba en su corazón (Lc.2,51). 
Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios porque todo lo que habían visto y oído correspondía a cuanto les habían dicho.
Y cuando se cumplieron los ocho días para la circuncisión, le pusieron el nombre de Jesús ( Lc.2, 11; Mt.1,21; Lc.1,31), como lo había llamado el ángel ya antes de su concepción.

CUANDO LEAS

Fíjate en las tres escenas en las que se divide el texto: Introducción; Nacimiento de Jesús (en Belén); Anunciación a los pastores (en los campos); los pastores junto al niño(nuevamente en Belén).
Observa los lugares y  los tiempos. Todo es significativo.
LUGARES: todo el imperio, Siria, Nazaret de Galilea, Belén de Judá la ciudad de David, un pesebre, un albergue, unos campos, el cielo y la tierra.  Al principio la panorámica es muy amplia, desde “todo el imperio”, focalizamos cada vez algo más pequeño, más concreto, más familiar:  pequeños pueblos, campos, un albergue, un pesebre, hasta el vientre mismo de una joven madre.  Al final del texto el coro de los ángeles vuelve a ampliar la panorámica, es que la Buena Noticia que anuncian, interesa al cielo y a la  tierra.
TIEMPOS: El texto nos sitúa “en aquellos días”, para enlazar con todo lo que se está diciendo en el texto de Lucas hasta entonces, en los días del nacimiento de Juan, de las dos anunciaciones, de la visitación... A María se le cumplieron los días para dar a luz.  No solamente le llegó el momento, con una perspectiva meramente temporal, de algo que normalmente debe suceder, sino que lo que ocurrió fue un cumplimiento de algo que “tenía” que pasar.
Los pastores “de noche” velan. Son los representantes de toda la humanidad, que en tinieblas, espera que sobre ella brille una gran luz Is.9,11. El anuncio del ángel, la Buena Noticia que trae es para HOY. Un presente teológico que es el tiempo de la intervención favorable de Dios.
Fíjate también en LOS PERSONAJES y date cuenta de lo que se dice de ellos: Augusto emperador, dueño y señor de todos y de todo que da orden de censar toda la tierra. José, de la familia de David que cumple ordenes, entrando así en una obediencia a las leyes sociales de su tiempo. María que sigue al esposo solidaria en la misma obediencia, independientemente de su estado de gravidez tan avanzado. La veremos también al final de nuestro texto como quien GUARDA Y MEDITA los acontecimientos en el corazón. Un niño que nace, que entra en la historia de los hombres de forma muy sencilla, muy humilde, pero del que se dirá que es: El SALVADOR, EL MESÍAS, EL SEÑOR, títulos que el judaísmo daba a Dios. Los pastores, gente sencilla, algo marginal en aquellos tiempos, que duermen al raso y vigilan por turno el rebaño, testigos de una manifestación extraordinaria de Dios (teofanía) y de un mensaje de alegría universal que los convierte en mensajeros presurosos a la vez que testigos. Un ángel del Señor, un mensajero. El Antiguo Testamento, a veces, habla así del mismo Dios. La multitud del ejército celestial que alaba, los que escuchan en Belén que se quedan admirados.

CUANDO MEDITES

Ve recorriendo el texto en tu interior por escenas. Repite muy lentamente las palabras, procura sentirlas y no solo decirlas, conserva y guarda como María, revive los distintos momentos mientras vas pronunciando el texto. Da espacio al experimentar, al sentir, deja que resuenen las palabras en tu interior y te hablen personalmente.

RESPONDE CON LA ORACIÓN


Desde la Palabra que has recibido habla con el Señor, toma parte del coro de los ángeles, alaba, da gracias, alégrate con los pastores, recibe el mensaje de salvación, de paz y de amor y pídelo para el mundo, para ti, para los cercanos y los lejanos. 

........................................


Equipo de Lectio Divina de la UPComillas 

No hay comentarios:

Publicar un comentario